Ni si quiera le habría dado tiempo de ver hacia atrás, pero sabía que eran al menos 10 soldados los que iban tras él a toda velocidad. Mientras corría rápidamente hacia la cima de la montaña, doblando en sus manos y con mucho cuidado aquella tan pequeña, pero tan importante hoja de papel, forjando con ella la forma de un simple avioncito, un avioncito de papel. Y lo hacía con rapidez, pues no tenía mucho tiempo, pero con gran cuidado de no equivocar uno ni otro doblez, pues era vital que la nave volara con gran eficacia y que el viento se apoderara de ella al momento de d
Había imaginado cómo sería si pasara esto, pero ahora que en serio sucedió, ahora que soy el último hombre en la Tierra, todo es muy distinto a como imaginaba. Difícil sobrevivir, nada que hacer, aplastante soledad. Imposible vivir entre muertos, ¿es la muerte la única salida? Acabada la humanidad, ¿qué debo hacer? No se me ocurre ninguna otra solución, sostengo el arma en mi mano, me encuentro entre muertos. Habré de unirme a ellos en breve, muerto seré también, muerto, entre muertos.
Ismael Baum, 2008
No me curará, nadie puede hacerlo, pero me despojará de mi dolor, cual sanador. Es muy interesante lo que hace este sujeto, a quienes no están listos les parece terrible, yo era así. Pero me ha llegado el momento, entiendo su labor, me hace un favor, los otros no lo entienden. Muy pronto vendrá a mi casa y me arrancará mi alma, no importa, estoy preparado. Lo único que puedo pedir es que se apresure, ya está tarde, lo espero con ansias. Ha llegado el momento de mi muerte, lo único que agradezco es no tener a nadie que me vaya a extrañar. Vendrá muy pronto a acabar con mi vida, me q
Vigila el vigilante, pronto llegarán, pero no importa, estamos listos, sólo resta el aviso. Apenas ataquen, el vigilante dará el aviso, en él confiamos, de él dependemos. Claro, si el vigilante no vigila o bien, si no avisa, todos estaremos acabados. Pero todo está bien, nunca nos ha fallado, aunque nunca nos han atacado, ¿cómo sabemos si es de confianza? Hace tiempo que no sabemos nada del vigilante, hace décadas que vigila. ¿Cómo se mantiene el vigilante? Miren ahí, es el vigilante, cadáver en la ventana. Y, ¿qué es eso? Ahí vienen, nos atacan, ya no re
Llevo en mi carreta las piedras, las inútiles piedras. Todos los días lo mismo, en mi carreta las piedras. Las recojo ahí pero las llevo allá, en mi carreta las piedras. A veces hasta me siento como el famoso Obélix, cargando siempre sus inservibles menhires. Llevo en mi carreta las piedras, no sé por qué lo hago, pero debo hacerlo. Si yo no llevara las piedras nadie lo haría, las piedras no serían transportadas. Alguien debe movilizar las piedras, yo debo llevarlas, en mi carreta las piedras. Necesito aprovechar, pues en el futuro, cuando yo no esté disponible, las piedras no se mover
Nos encontrábamos solos, siempre fue así, nosotros solos. Desde que tengo memoria nos hemos encontrado solos, toda la eternidad. Siempre hemos existido y siempre hemos estado solos. Ya no sé ni cuántos somos, pero estamos solos, es pequeño nuestro cuarto, apenas unos dos metros cúbicos como máximo. A veces somos más, a veces somos menos, pero siempre estamos solos. Todos nos comportamos diferente, diferentes personalidades, todos somos distintos, pero todos somos iguales. Al final ya no estamos solos, al final estoy solo, pero estoy con ellos, soy ellos, somos yo, estamos solos.
Ismael Baum, 200
Ni si quiera le habría dado tiempo de ver hacia atrás, pero sabía que eran al menos 10 soldados los que iban tras él a toda velocidad. Mientras corría rápidamente hacia la cima de la montaña, doblando en sus manos y con mucho cuidado aquella tan pequeña, pero tan importante hoja de papel, forjando con ella la forma de un simple avioncito, un avioncito de papel. Y lo hacía con rapidez, pues no tenía mucho tiempo, pero con gran cuidado de no equivocar uno ni otro doblez, pues era vital que la nave volara con gran eficacia y que el viento se apoderara de ella al momento de d
Nos encontrábamos solos, siempre fue así, nosotros solos. Desde que tengo memoria nos hemos encontrado solos, toda la eternidad. Siempre hemos existido y siempre hemos estado solos. Ya no sé ni cuántos somos, pero estamos solos, es pequeño nuestro cuarto, apenas unos dos metros cúbicos como máximo. A veces somos más, a veces somos menos, pero siempre estamos solos. Todos nos comportamos diferente, diferentes personalidades, todos somos distintos, pero todos somos iguales. Al final ya no estamos solos, al final estoy solo, pero estoy con ellos, soy ellos, somos yo, estamos solos.
Ismael Baum, 200
Llevo en mi carreta las piedras, las inútiles piedras. Todos los días lo mismo, en mi carreta las piedras. Las recojo ahí pero las llevo allá, en mi carreta las piedras. A veces hasta me siento como el famoso Obélix, cargando siempre sus inservibles menhires. Llevo en mi carreta las piedras, no sé por qué lo hago, pero debo hacerlo. Si yo no llevara las piedras nadie lo haría, las piedras no serían transportadas. Alguien debe movilizar las piedras, yo debo llevarlas, en mi carreta las piedras. Necesito aprovechar, pues en el futuro, cuando yo no esté disponible, las piedras no se mover
Cual estatua se mantiene parado junto a la puerta, realizando un monótono movimiento una y otra vez. Ni siquiera su amargada expresión muestra cambios cuando abre la puerta del establecimiento y permite la entrada y salida de la clientela. Rápidamente se deslizan las personas junto a él, no se acercan a él, no se comunican con él, solamente atraviesan su puerta y siguen su camino.
Entró una vez un hombre común que para nada llamó la atención del portero, quien ya lo esperaba con la puerta abierta. Cumplió su cometido dentro del local y se dirigió nuevamente a la entrada. Al es
Éramos sólo tres personas inicialmente, yo vivía con mi padre y mi hermana. Solamente nosotros vivíamos en aquel gran valle. Claro, era cuestión de tiempo para que otros individuos notaran la pureza de este hermoso lugar. Mi padre iba a la ciudad dos veces cada mes para comprar bienes esenciales y algunos libros para mí. Solíamos ser cinco personas, con mi madre y el esposo de mi hermana, a quien conoció durante un viaje que hicimos todos al pueblo, ambos están muertos ahora, mi hermana embarazada.
La cuestión es que, cierto día de verano, arr
Ni si quiera le habría dado tiempo de ver hacia atrás, pero sabía que eran al menos 10 soldados los que iban tras él a toda velocidad. Mientras corría rápidamente hacia la cima de la montaña, doblando en sus manos y con mucho cuidado aquella tan pequeña, pero tan importante hoja de papel, forjando con ella la forma de un simple avioncito, un avioncito de papel. Y lo hacía con rapidez, pues no tenía mucho tiempo, pero con gran cuidado de no equivocar uno ni otro doblez, pues era vital que la nave volara con gran eficacia y que el viento se apoderara de ella al momento de d